Las técnicas complementarias en FIV (fecundación in vitro) son diferentes procedimientos que se pueden añadir al tratamiento, con el propósito de mejorar la tasa de embarazo o de niño nacido. El debate surge porque varias de ellas no han demostrado, a día de hoy, su eficacia clínica ni su seguridad, y sin embargo aumentan el coste de los tratamientos. Es posible que algunas de ellas, con el tiempo, a medida que se publiquen más estudios, puedan ser consideradas eficaces, pero es imprescindible explicar a los pacientes las limitaciones que presentan en la actualidad.
La HFEA (Human Fertilisation and Embryology Authority, organismo del Reino Unido que supervisa los tratamientos de fertilidad y la investigación) ha publicado un documento, con información gratuita, clara e imparcial, explicando cuáles son las técnicas complementarias más utilizadas, su eficacia y seguridad. Esta información se basa en estudios controlados y randomizados, con un buen número de pacientes y publicados por varios grupos clínicos, y clasifica las técnicas complementarias en FIV, entre las de dudosa efectividad, y aquellas sin evidencia de efectividad. Lo explicamos a continuación.
Técnicas complementarias en FIV de dudosa efectividad
PGS, PGT-A o diagnóstico preimplantacional.
El PGS o PGT-A, también denominado screening de aneuploidías, consiste en evaluar las anomalías cromosómicas de los embriones antes de ser transferidos. El objetivo es reducir el número de transferencias embrionarias a las que se somete una paciente hasta conseguir embarazo evolutivo, ya que los embriones con anomalías implantan menos y dan más abortos. Aunque es una técnica muy prometedora, el uso sistemático del PGS sigue siendo controvertido. El PGS se trata de una técnica invasiva que requiere hacer una biopsia al embrión (sacar varias células del embrión), y en la que se calcula que se pueden perder hasta un20% de embriones sanos. Entre los riesgos, existe la posibilidad de falsos positivos o falsos negativos; y puede que se dañen embriones en el proceso del ICSI, biopsia embrionaria o vitrificación de los embriones. También hay que tener en cuenta, que existen embriones mosaicos, es decir, formados por células cromosómicamente normales y anormales. A día de hoy, este resultado tiene un significado incierto, ya que hay recién nacidos sanos a partir de embriones mosaico. Además, todavía es pronto para saber el posible efecto de esta técnica sobre los niños nacidos, y no aumenta la probabilidad global de niño nacido. Lo que sí disminuye es el número de transferencias y, aunque todavía no hay evidencias claras, podría disminuir la tasa de aborto.
Time-Lapse o Embryoscope
El time-lapse (llamado por muchos Embryoscope) consiste en tomar fotografías seriadas para observar la evolución de los embriones en el cultivo de una manera continuada y sin sacarlos del incubador, para facilitar la selección de los embriones a transferir. No existen riesgos conocidos. Aunque los embriones son sometidos a haces de luz para tomar las fotografías cada poco tiempo y no sabemos si esto tiene algún efecto sobre ellos. Aún no hay evidencia de que mejore los resultados, aunque el hecho de no sacar los embriones del incubador puede tener un impacto positivo.
Freeze-all
El Freeze-all consiste en congelar todos los embriones obtenidos en un ciclo de FIV para hacer la transferencia en un ciclo posterior. Se basa en la suposición de que la estimulación hormonal durante el FIV puede dañar el endometrio, disminuyendo la tasa de implantación y aumentando la de aborto. Además, podría disminuir el riesgo de síndrome de hiperestimulación ovárica (HSO) y el de bajo peso al nacer. El inconveniente es que en el proceso de congelación-descongelación puede perderse algún embrión, y que hace necesario postponer la transferencia embrionaria uno o dos meses. A día de hoy, no hay evidencia de que mejore la tasa de embarazo.
Ácido hialurónico (Embryo Glue®)
El ácido hialurónico es una sustancia que se puede añadir al medio de transferencia y que podría facilitar la implantación del embrión, ya que se encuentra de manera natural en el útero. Existe un medio de cultivo específico para la transferencia que incorpora esta sustancia (Embryo Glue®). No existen riesgos asociados al uso de esta sustancia en el medio de cultivo. Aunque la HFEA apunta a que se necesitan más estudios, una revisión sistemática realizada por la Cochrane (grupo de investigadores que aplican un riguroso y sistemático proceso de revisión de las intervenciones en salud) en 2014, concluyó que aumenta un 10% la tasa de embarazo y niño nacido.
Scratching/raspado endometrial
El scratching endometrial consiste en hacer una biopsia de endometrio el mes anterior al tratamiento de FIV. Este raspado podría inducir la reparación del endometrio por liberación de determinadas sustancias o por activación de determinados genes que pueden favorecer la implantación del embrión. Los riesgos son limitados, pero podría ocasionar una infección o dañar el endometrio. La HFEA concluye que no hay evidencia de su beneficio porque hay pocos estudios a su favor y de calidad estadística moderada.
Técnicas complementarias en FIV sin evidencia de efectividad
«Hatching» o eclosión asistida
El hatching consiste en hacer un orificio a la membrana que rodea al embrión (zona pelúcida) para facilitar su salida de la misma y ayudarle a implantarse en el útero. Suele realizarse con ácido tirodes o mediante láser. El inconveniente es que es una técnica invasiva que puede dañar al embrión. No está probada su eficacia ni en embriones con un grosor de zona pelúcida normal, ni engrosada o endurecida, ya que no mejora las tasas de embarazo. Hay que realizar más estudios para ver si aumenta la tasa de niño nacido y si afecta a la salud del mismo.
Tests y tratamientos inmunológicos
Buscan alteraciones en el sistema inmunológico de la mujer que pudieran relacionarse con abortos de repetición y fallos de implantación, por responder de forma anómala a los embriones. Los tratamientos, para esta teórica respuesta anómala a los embriones, consisten en la administración de esteroides, inmunoglobulinas, agentes bloqueantes de TNF, infusiones intralipídicas… que disminuyen la inmunidad natural, lo que puede dar lugar a alteraciones como hipertensión, diabetes tipo II, prematuridad, infecciones, malestar, dolores, fiebre, trombosis… Por otra parte, no hay evidencia científica probada de que el sistema inmunológico rechace a los embriones.
IMSI
Es un método de selección de los espermatozoides según su morfología previo a realizar ICSI, aplicando un aumento en el microscopio muy superior al utilizado normalmente. Es un método no invasivo que no conlleva ningún riesgo extra, salvo que los óvulos están más tiempo fuera del incubador ya que la localización de espermatozoides sin anomalías morfológicas puede alargarse en el tiempo. No existe evidencia científica que respalde el uso del IMSI en vez del ICSI en varones infértiles.
PICSI
Consiste en seleccionar los espermatozoides en base a su capacidad de unión a ácido hialurónico por tener mejor calidad. Se trata de un método no invasivo que no conlleva ningún riesgo extra, pero no hay evidencia que sugiera algún beneficio al usar la técnica PICSI.
En URH García del Real nuestro objetivo es ofrecer a los pacientes los mejores resultados. Es necesario seguir de cerca las recomendaciones de las Sociedades Científicas y adaptar los protocolos y recursos técnicos a ellas. El debate surgido sobre las técnicas complementarias en FIV continuará, y es posible que dentro de un tiempo cambie la valoración de algunas de ellas. Sea como fuere, los pacientes deben estar informados de sus opciones de forma clara, reflejando el estado actual del conocimiento, de manera que su inversión económica y emocional en el tratamiento sea consciente y libre.
Si tienes alguna duda sobre alguno de estos temas, o quieres más información, puedes pedir cita con nosotros a través de nuestra web o llamar al 91 740 16 90, ¡te atenderemos de forma gratuita y sin compromiso!
Dra. Sylvia Fernández-Shaw – Directora de URH García del Real
Isabel Pons Mallol – Jefa del Laboratorio de Fecundación in Vitro y Andrología