Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta

Entrevista

Entrevista a… Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta

Involucrar y escuchar al paciente; y sobre todo tener empatía son factores fundamentales que pueden condicionar el éxito del tratamiento

Directora de la Unidad de Reproducción Asistida

¿Siempre quisiste ser médico? ¿Por qué?

Ayudar al paciente,  física y emocionalmente, da sentido a la profesión del médico. La medicina, además, fomenta la curiosidad y el aprendizaje continuo. Es una ciencia inexacta, donde es fundamental tener una buena formación y estar preparado para la variabilidad que puede darse en cada paciente. También exige no descuidar factores que pueden condicionar el éxito del tratamiento, como involucrar y escuchar al paciente, o tener empatía. En definitiva, la medicina supone un reto humano e intelectual.
Por último, es una profesión donde es necesario trabajar en equipo, fomentando el respeto por los colaboradores y por el propio paciente, que también es parte del equipo. 

¿Qué te llevó a irte a Inglaterra y a elegir la especialidad de Reproducción Asistida?

Entonces no había Erasmus, pero una huelga de profesores en la Facultad de Medicina de la Autónoma, me animó a intentar estudiar un trimestre fuera de Madrid. Mi novio, hoy marido, enseñaba en la Universidad de Oxford, así que solicité hacer el trimestre allí. Tocaba estudiar Ginecología y Obstetricia.

La forma de enseñanza en Oxford es cómo nos imaginamos que debería ser en todos sitios. Grupos pequeños, combinando la teoría y la práctica, dando al estudiante responsabilidad sobre la evolución de los pacientes… simplemente me fascinó. Durante ese trimestre aprendí sobre Reproducción Asistida, entonces una especialidad incipiente, que me pareció increíblemente interesante, por su complejidad clínica y emocional, por el debate social y ético que despertaba, y por la mucha investigación que aún quedaba por desarrollar.

¿Por qué hiciste un doctorado en la Universidad de Oxford, Reino Unido?

Siempre tuve interés por la ciencia básica, y pensé que, si hacía algo de investigación, debía hacerlo antes de comenzar a trabajar como médico. Haber pasado un trimestre en Oxford como estudiante de Medicina, facilitó que me aceptaran como estudiante de Doctorado en el Departamento de Investigación ligado a Ginecología y Obstetricia.

Me ofrecieron trabajar en un proyecto sobre la Biología de la Endometriosis. Todo un mundo nuevo, al menos para mí: desarrollo de nuevas técnicas de aislamiento y cultivos celulares, estudio de marcadores y factores de crecimiento para el potencial desarrollo de fármacos contra la enfermedad, cultivo de células endometriales para potenciar la evolución embrionaria…

Completé el doctorado en 3 años, y al cabo de este tiempo me ofrecieron comenzar la especialidad de Ginecología y Obstetricia, manteniendo una vinculación con el equipo de investigación y el de Reproducción Asistida.

¿A qué crees que se debe que tantas mujeres o parejas, recurran a los tratamientos de fertilidad? Estos tratamientos son muy caros y no se los puede permitir cualquiera.

La tendencia a retrasar la maternidad es el principal motivo de que esté aumentando la necesidad de hacer tratamientos de reproducción asistida. Los factores para este retraso son múltiples: la difícil conciliación de trabajo y familia, la dificultad en encontrar pareja, las sucesivas crisis económicas, la falta de ayudas a la maternidad o de incentivos fiscales… 

La última encuesta sobre deseo reproductivo, en España, nos dice que casi tres de cada cuatro mujeres querrían tener al menos dos hijos; y aunque el deseo de ser madre se ha retrasado, sólo una de cada diez mujeres mayores de 30 no quiere ser madre. Sin embargo, en el año 2021 la tasa de fecundidad se situó en 1,19 en España (casi la más baja del mundo, sólo por detrás de Corea del Sur).

El problema es que el deseo reproductivo se ha desincronizado con respecto a la biología de la mujer. La fertilidad de la mujer comienza a descender a partir de los 30 años, produciéndose cambios significativos a los 35 y 38 años, y cayendo en picado a partir de los 40. La edad de las madres para tener el primer hijo se ha retrasado hasta los 32,6 años de media en España en 2021 y el 10,2% de las madres primerizas tiene 40 años o más (cuando hace 20 años, este grupo era un anecdótico 1%).

El aumento de los tratamientos de fertilidad se debe, además, a las nuevas formas de familia, como parejas de mujeres o mujeres solas, que desean tener hijos, y necesitan de la reproducción asistida para conseguirlo.

En cuanto al precio de los tratamientos, es cierto que es elevado. Son tratamientos que requieren una alta especialización y formación continua del equipo médico y de embriólogos. Pero el principal motivo de los precios son los costes de laboratorio que, además del gasto cotidiano, necesitan de la inversión en técnicas e instrumentos que permitan mejorar la probabilidad de embarazo en los pacientes.

¿Qué te produce mayor satisfacción en tu trabajo?

Tener hijos es una de las cosas más importantes de la vida. La dificultad para tenerlos lleva a un cúmulo de emociones negativas, tristeza, frustración,… y puede desestabilizar y romper parejas.

La mayoría de los pacientes, nunca imaginaron que se tendrían que someter a estos tratamientos. Cuando, por fin, dan el paso de pedir ayuda, no siempre es fácil ni rápido conseguir el embarazo. No siempre se consigue con el tratamiento que pensaban hacer originalmente, en el tiempo o con el dinero que habían preparado, y ni siquiera con los óvulos o espermatozoides propios. A veces todo es rápido, y otras veces, es un calvario emocional y con un coste económico abultado.

Los pacientes me merecen un profundo respeto. Es un privilegio poder acompañarles en el camino hasta conseguir su objetivo. Y finalmente, cuando se produce el embarazo, la alegría es enorme, para los pacientes y para el equipo médico.

¿En qué situación se encuentra actualmente en España la infertilidad y que perspectivas tiene de futuro?

La infertilidad tiene todo el aspecto de que va a seguir aumentado. Todo nos lleva a pensar que, a pesar de las frecuentes advertencias sobre el impacto desastroso del crecimiento demográfico negativo en muchos países, va a ser difícil revertir la tendencia actual a posponer la maternidad y tener pocos hijos por mujer.

Me encantaría que la mayoría de las mujeres menores de 30 y sus parejas, en su mejor momento fértil, pudieran tener los hijos deseados en unas condiciones de conciliación de trabajo y familia adecuadas, pero esto no es nuestra realidad actual, ni tampoco parece que sea un objetivo común, político, ni social.

La respuesta pragmática a este problema, desde el punto de vista médico, ha sido desarrollar los medios para poder congelar óvulos, que ofrezca a mujeres jóvenes la posibilidad de preservar su fertilidad. Esta técnica permite que, aunque la mujer decida tener hijos tarde (biológicamente hablando), pueda hacerlo con sus propios óvulos. Es una especie de auto donación. Actualmente la congelación de óvulos es probablemente el mejor regalo que se puede hacer a una mujer recién licenciada, que casi con seguridad no se pueda plantear ser madre hasta después de los 30 años.

¿Qué se siente en una situación de fracaso de las Técnicas de Reproducción Asistida?

En los tratamientos de reproducción es normal que haya batallas perdidas antes de ganar la guerra. Lo que permite levantar el ánimo tras un fracaso, es dar el máximo apoyo emocional posible y mirar el problema con perspectiva. Hay que evaluar con cuidado el tratamiento realizado para extraer información útil para el siguiente intento, y cambiar de estrategia si fuera necesario.

Lo más importante para conseguir el éxito final es dar una completa y sincera información a los pacientes. Tener claro el éxito de cada tratamiento antes de empezar, su coste económico, y el esfuerzo emocional y de tiempo que van a suponer, ayuda a enfrentarse a los resultados.

Casada con tres hijos ¿Cómo consigues conciliar tu vida familiar y profesional?

La mayoría de las mujeres que me han rodeado han conciliado con una naturalidad pasmosa. Mi madre, mis hermanas, mis mejores amigas… todas han tenido profesiones bastante exigentes y han tenido hijos. Requiere algo de organización, no perder el tiempo, priorizar tareas, y tener paciencia con uno mismo, sabiendo que no todo será perfecto. Es verdad que ser médico condiciona los momentos que para otros son de descanso o de ocio, pero cuando tu vida ha sido siempre así, te parece normal.

No sé si me atrevería a preguntar a mi familia como lo han vivido… Creo que bien, con alegría y paciencia, sabiendo que las vacaciones son esos momentos tan especiales, donde, por fin, tenemos tiempo para hacer cosas juntos y hablar. Nuestros hijos, todo chicos, ya mayores, me transmiten con frecuencia su aprecio por tener una madre profesional.

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