Aumenta la demanda de los tratamientos de Reproducción Asistida en los últimos 5 años

Los tratamientos de fertilidad no son ajenos a la sociedad en la que vivimos. Del control de la natalidad tan deseado en los años 60, hemos pasado en los últimos 7 años a un crecimiento vegetativo negativo de la población española. Desde 2015, en España, hay más muertes que nacimientos. Este fenómeno, ha sido lamentablemente significativo por la pandemia de Covid en el año 2020 y 2021, con 151.812 y 113.023 defunciones más que nacimientos. Sin embargo, a pesar de la pandemia, en buena medida, el crecimiento vegetativo negativo sostenido se debe al descenso de la natalidad. Si en 2011 el número medio de hijos por mujer era de 1.34, en 2021 bajó a 1.19, siendo una de las tasas de fecundidad más bajas del mundo.

Al descenso en la natalidad se le une el fenómeno del retraso de la maternidad, que también se viene acelerando en los últimos 10 años. Así, la edad media de primer hijo en España fue 30,1 años en 2011; pasó a 30,8 años en 2016 (se retrasó 0,7 años); y 5 años más tarde, en 2021, ha llegado a 32,6 años, es decir se ha retrasado 1,8 años. La media para el primer hijo en Europa, en 2020, se mantuvo en los 29,5 años; edad media significativamente mejor, reproductivamente hablando, que la española. Además, es llamativo que el porcentaje de niños nacidos en España de mujeres mayores de 40 años es de un 10% en 2020, mientras que la media europea es de un 5%.

El origen de estos dos fenómenos, la caída en la natalidad y el retraso de la maternidad, es multifactorial. Se vincula a tendencias vistas como muy positivas desde otro ángulo, como la incorporación de la mujer a puestos de trabajo de responsabilidad en igualdad de condiciones con el varón; y otras menos positivas, como la constatación de la maternidad como una carga en el desarrollo profesional, la dificultad de las mujeres en encontrar pareja, o la difícil conciliación familiar especialmente con hijos de 0 a 3 años. Por último, aunque no menos importante, influye la falta de información de las mujeres sobre su tiempo de vida fértil.  Muchas mujeres piensan que el embarazo es posible hasta la menopausia, o que el alargamiento de la esperanza de vida repercute en un periodo de vida fértil más largo. Muchas desconocen que la edad de máxima fertilidad se mantiene hasta los 30 años, y cae a partir de esa edad. Así la probabilidad de embarazo mensual hasta los 30 años está por encima del 20% al mes, es de un 15% a los 35 años, y baja por debajo del 10% mensual a los 40 años. A este problema se le suma el riesgo de aborto, que se mantiene por debajo del 15% hasta los 30 años, sube al 25% a los 35 años, y hasta el 50% a los 40 años. Estas cifras han sido siempre así, pero generaciones anteriores no necesitaban de esta información al buscar embarazo por debajo de los 30 años.

En este oscuro panorama aún hay circunstancias que podrían favorecer la natalidad. La encuesta sobre deseo reproductivo en España en 2020 muestra que 3 de cada 4 mujeres desean tener 2 o más hijos, y sólo 1 de cada 10 mujeres mayores de 30 años, no quieren tener hijos. A esto se le suma, la aparición de nuevas formas de familias, especialmente las mujeres solas, y las parejas de mujeres. Parece, por lo tanto, que una parte del problema de la baja natalidad depende de que el deseo reproductivo se ha desincronizado con respecto a la biología de la mujer; y este retraso en la maternidad va ligado a un aumento de la necesidad de recurrir a tratamientos de reproducción asistida para conseguir embarazo.

¿En qué realidad se encuentran las clínicas de RA en España?

La Sociedad Española de Fertilidad lleva más de 20 años recogiendo datos sobre la actividad de las clínicas de reproducción asistida en España de forma voluntaria. Desde 2014 este registro se hizo obligatorio, y los datos son publicados por el Ministerio de Sanidad. Esto hace que el registro sea una nueva fuente de información fiable sobre las tendencias reproductivas en España.

Aunque los tratamientos ofrecidos son diversos, podríamos categorizarlos en 4 tipos: la inseminación artificial, la fecundación in vitro (utilizando óvulos de la paciente), la ovodonación (donde la paciente recibe óvulos de una donante) y la embriodonación (donde la mujer o pareja se transfiere un embrión donado por otra mujer o pareja). En los 3 primeros tratamientos se puede utilizar semen de la pareja o de un donante.

Los últimos 5 años de actividad normal (2014 a 2019; 2020 tuvo una actividad anómala por la pandemia) muestran un incremento significativo en los tratamientos, que han llegado a ser más de 180.000 ciclos en 2019. La fecundación in vitro ha aumentado un 27%, la ovodonación un 25%, y la embriodonación un 78%. Los tratamientos en los que se ha utilizado semen de donante han aumentado un 32% reflejo, sobre todo, de mujeres que buscan embarazo en solitario y de parejas de mujeres. Solo la inseminación artificial descendió un 23%, fundamentalmente por ser un tratamiento que se ofrece a mujeres menores de 38 años.

 

¿Como influyen estos tratamientos en los nacimientos en España?

El número de nacimientos totales en España en el 2020 fue 339.206, y el número de niños nacidos de reproducción asistida ese mismo año fue 33.231. Este número sitúa a los nacidos de tratamientos de fertilidad en casi el 10% de los nacidos en España. De estos, el 60% proceden de fecundación in vitro, el 28% de ovodonación, el 10% de inseminación artificial y el 2% de embriodonación. Además, de los niños nacidos, el 17% se derivan de tratamientos en los que se utiliza semen de donante.  Es interesante observar que la suma de los niños nacidos de donación de óvulos, semen o embriones, representan el 47% del total de los nacidos. Este número refleja la importancia de la donación de gametos en España y la normalidad de estos tratamientos en nuestro país.

Sin embargo, no todos los nacimientos registrados son de niños que vivirán en España. Cerca de un 7% de los ciclos de tratamientos que se realizaron en 2020 fueron en pacientes extranjeras que escogieron nuestro país para conseguir un embarazo por motivos principalmente legales o económicos. La mayoría de estas pacientes realizan tratamientos donde se utilizan gametos o embriones donados.

 

El fenómeno de la preservación de la fertilidad

Por último, la novedad en los últimos años, es la congelación de óvulos. Aunque originalmente este tratamiento surgió del deseo de preservar la fertilidad en pacientes oncológicas o con patologías que disminuyeran su fertilidad, hoy en día se utiliza mayoritariamente por mujeres que desean postergar su maternidad. Así, en los últimos 5 años, el número de tratamientos para congelar óvulos se ha multiplicado por 3, y los óvulos congelados han pasado de ser unos 30.000 a 155.000. Estos óvulos, podrán ser utilizados o desechados en un futuro por la propia mujer. Caso de utilizarlos, no pueden garantizar un embarazo con certeza, pero sí darán una oportunidad de tener un hijo, a edades avanzadas, con óvulos propios, en lugar de tener que utilizar los de una donante.

Acumulación de embriones congelados

Un problema derivado de este incremento en los tratamientos, es la acumulación de embriones congelados. En los últimos 10 años, desde el punto de vista técnico, hemos intentado ralentizar la acumulación de embriones, dejando evolucionar los embriones 5 días en el laboratorio, en lugar de 2 ó 3 días, lo que disminuye el número de embriones sobrantes a congelar en cada pareja. Sin embargo, el aumento en la actividad clínica ha derivado en que el número de embriones congelados casi se ha duplicado en los últimos 6 años, y tenemos en la actualidad 645.000 embriones congelados.

Muchos de ellos serán utilizados por la propia pareja, pero otros muchos no. Actualmente la ley restringe la utilización de estos embriones a la donación a otras parejas (sólo si la mujer es menor de 35 años, y el varón menor de 50), la donación a la investigación (que no existe prácticamente en la actualidad) o el cese de su conservación bajo condiciones especiales.

En conclusión, el retraso de la maternidad en España ha supuesto una revolución en los tratamientos de reproducción. El aumento de los mismos en los últimos años es sorprendente, y han pasado de intentar solucionar patologías clínicas, a convertirse en tratamiento de un problema social, donde la principal patología de la mujer es la edad a la que busca embarazo. Teniendo en cuenta el deseo reproductivo de las mujeres españolas, y el problema de la baja natalidad, parece que otras medidas económicas o sociales deberían acompañar a la reproducción asistida en ayudar a tener hijos a una edad biológicamente más favorable, que además les permita tener hijos con sus propios óvulos.

Si te planteas congelar óvulos o crees que puedes tener problemas de fertilidad, te ofrecemos una primera consulta completamente gratuita y sin compromiso. Puedes  pedir cita  a través de nuestra web,  llamando al teléfono 917401690 o por whattsapp en el 650132422. Las consultas pueden ser presenciales o por videollamada. ¡Estaremos encantados de poder ayudarte!

 

Dra. Sylvia Fernández-Shaw Zulueta – Directora de URH García del Real

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Sylvia Fernández Shaw

Directora de la Unidad de Reproducción Asistida

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